El constructivismo es un dogma, sus teorías no tienen fundamento científico, para validarse se hace uso de las cita de autoridad. Las neurociencias intentan dar un fundamento científico a las cuestiones relacionadas con la cognición, y desde el ámbito educativo pretenden ocupar el lugar que el constructivismo, como dogma, no puede legitimar.
El constructivismo, tal como fue formulado en su versión más pura o radical, se presenta muchas veces más como un dogma que como una teoría científica. Sus postulados se basan en principios generales sobre el aprendizaje —como que el conocimiento se construye activamente por parte del sujeto—, pero carecen de validación empírica sólida en muchas de sus aplicaciones escolares concretas.
En la práctica, se apela a citas de autoridad (Piaget, Vygotsky, Ausubel) más que a evidencia actual o replicable, y se omite que muchas de esas teorías fueron formuladas en contextos muy distintos al sistema educativo contemporáneo. Peor aún, se desestima o ignora que algunos hallazgos de las neurociencias y la psicología cognitiva moderna contradicen o matizan seriamente los postulados constructivistas.
Por ejemplo:
El constructivismo puro minimiza el rol de la instrucción directa, cuando múltiples estudios muestran que la enseñanza explícita y estructurada es más eficaz en etapas iniciales o con contenidos complejos.
Se sobredimensiona la idea de que el alumno debe "descubrir por sí solo", lo que lleva muchas veces a ambientes caóticos o poco eficientes para el aprendizaje, sobre todo en contextos con alumnos con menos recursos culturales o dificultades específicas.
La afirmación de que "cada uno construye su propio conocimiento" ha sido usada para deslegitimar la enseñanza sistemática, bajo una supuesta libertad que muchas veces deriva en desigualdad.
Frente a esto, las neurociencias y la psicología basada en evidencia han comenzado a ofrecer modelos más rigurosos sobre cómo aprende el cerebro humano, señalando la importancia de:
La memoria de trabajo y memoria a largo plazo en la consolidación del aprendizaje.
La necesidad de práctica repetida y recuperación activa para que los conocimientos perduren.
El valor de la carga cognitiva adecuada, que puede ser afectada negativamente por propuestas mal diseñadas en nombre del "aprendizaje activo".
Por eso, es necesario superar el constructivismo como ideología cerrada y recuperar un enfoque ecléctico y basado en evidencia, donde se integren distintas herramientas pedagógicas en función de lo que funciona realmente para aprender, no de lo que es políticamente correcto sostener.
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